Descubre por qué la póliza jurídica es la alternativa más segura y confiable al aval tradicional para rentar en México. Conoce cómo protege tu patrimonio con Firmante.
En el mercado inmobiliario en México, la figura del aval tradicional ha perdido confianza y presencia con el paso del tiempo. Lo que antes era visto como una práctica común, hoy es percibida como insuficiente ante la necesidad de mayor seguridad y certeza jurídica tanto para arrendadores como arrendatarios. En ese contexto, la póliza jurídica emerge como la alternativa principal, ofreciendo un esquema de arrendamiento seguro y confiable que supera las limitaciones de un aval.
Aceptar las pólizas jurídicas, también ha sido un reto.
Aunque una póliza jurídica es un documento legal diseñado para brindar certeza jurídica en los contratos de arrendamiento. Es cierto que aún hay escepticismo por parte de los arrendadores. La falta de conocimiento, el mito de que representan costos elevados y el desgaste que podrían generar irse a juicio por incumplimiento. Han sido algunos de los agravantes que han detenido su estandarización. Esto ha resultado complicado, debido a que, aún hay personas que confían plenamente en el uso de métodos tradicionales, como el aval, por ejemplo.
Si deseas indagar más sobre los alcances y protección de una póliza jurídica puedes hacerlo aquí.
¿Por qué decir “adiós” al aval tradicional?
La principal razón por la cual ha perdido uso es por la falta de seguridad y certeza que brindaba. Ya que este, no siempre garantizaba el cumplimiento de las obligaciones por parte del arrendatario. Este no aseguraba que se cubrieran rentas adeudadas o daños al inmueble. Hoy en día, pocas empresas de bienes raíces confían plenamente en el aval. La gran mayoría ha migrado al uso de pólizas jurídicas.
El valor agregado: La investigación exhaustiva
El gran diferenciador clave de la póliza jurídica, y lo que la hace notablemente superior al aval, es el proceso de investigación exhaustiva que la respalda. Este va mucho más allá de verificar la solvencia del aval. Implica un análisis profundo del perfil del posible arrendatario, investigando aspectos como:
- Buró de crédito: Para evaluar su historial financiero y capacidad de pago.
- Antecedentes no penales: Buscando asegurar la honorabilidad y confiabilidad del futuro inquilino.
- Juicios civiles y mercantiles: Para identificar posibles litigios previos que pudieran representar un riesgo.
- Situación laboral: Verificando la estabilidad y los ingresos para asegurar la capacidad de cubrir la renta.
- Estudio socioeconómico: Obteniendo una visión más completa del perfil del arrendatario.
Esta investigación exhaustiva es fundamental porque permite asegurar perfiles calificados desde el inicio y prevenir problemas futuros antes de que se concreten. Es una medida proactiva que el aval tradicional simplemente no ofrecía.
¿Es mejor que un aval? Definitivamente brinda más certeza
La respuesta es sí; la póliza jurídica brinda más certeza y seguridad que un aval. Gracias a la investigación previa, se previenen conflictos y se minimiza el riesgo de incumplimiento. La póliza no solo protege a ambas partes (arrendador y arrendatario) al establecer un marco legal claro, sino que además, en caso de ser necesario, existe un respaldo legal y un proceso definido para hacer valer los derechos establecidos en el contrato.
Y si es más beneficiosa, ¿por qué muchos no optan por su uso?
Tal y como lo comentamos en un principio, en este mismo artículo. Aún hay mucho misticismo sobre su uso y aplicación. Históricamente, el uso del aval aún sigue siendo aceptado por muchos.
Aunque si bien, asesores de bienes raíces pertenecientes a las principales firmas de agentes inmobiliarios del país, usan esto como un requisito indispensable (póliza), aquellos que, aún trabajan por su cuenta. No han migrado hacia esta nueva alternativa de protección.
Esto podría deberse principalmente a la preocupación sobre su efectividad real, especialmente porque su activación principalmente se debería a un incumplimiento de contrato. Lo cual derivaría en procesos legales que podrían ser largos, aunque lo que también no saben, es que una póliza jurídica los cubre durante todas las etapas si esto es necesario. Cuando se usa como figura un aval, esto requiere de procesos extrajudiciales que no están contemplados en un contrato de arrendamiento tradicional.
Conclusión
La póliza jurídica representa la evolución necesaria en el mercado de arrendamiento mexicano. Al integrar un proceso de investigación exhaustiva sin precedentes en la figura del aval, ofrece una mayor certeza y protección para el patrimonio del arrendador y proporciona un marco de derechos y obligaciones claras para el arrendatario, superando así al aval tradicional.
Firmante juega un papel esencial en este proceso, facilitando el acceso a esta herramienta de arrendamiento seguro y profesionalizando la renta sin aval. Decir adiós al aval tradicional es dar un paso hacia un arrendamiento más seguro, formal y con plena certeza jurídica.